Llevamos un poder que nos es dado al momento de cobrar vida. Viaja en nuestro interior y se constituye en una fuerza inigualable. Nos hace únicos e irrepetibles. Este se constituye en la chispa que nos impulsa a alcanzar nuestras metas. Nuestros sueños. Nuestros anhelos. Nos permite superar los desafíos y obstáculos que se interpongan en nuestro camino o en nuestras rutas de navegación. Esta llama interior es la esperanza, el combustible que nos permite superar cualquier adversidad y alcanzar la cumbre de la fe y la constelación de los sueños.

Su haz de luz se divide en dos y forja dos rieles para que el tren de nuestra vida viaje seguro. Uno está constituido por el escenario personal, en el cual esta llama de esperanza nos permite mantenernos enfocados en nuestros objetivos y nos ayuda a blindar la fe cuando las cosas se ponen difíciles. Nos recuerda que somos capaces de superar cualquier obstáculo o adversidad y nos impulsa a seguir adelante, incluso cuando todo parece perdido. La esperanza nos da la fortaleza para confrontar nuestros miedos y nos inspira a tomar medidas audaces para alcanzar nuestros sueños y anhelos más profundos.

El segundo riel lo constituye nuestro ámbito profesional, y la llama interior que lo ilumina también juega un papel crucial. Nos da el sustento, y guía la carta de navegación que nos impulsa a perseguir nuestras pasiones y a buscar las oportunidades que nos permitan crecer y desarrollarnos conectando nuestra vida a una red social con más compañeros de jornada en la que cada uno aporta el mejor valor agregado desde su orilla personal para enriquecer al equipo con un objetivo común.

La esperanza nos da el coraje necesario para tomar riesgos calculados y nos motiva a trabajar arduamente para alcanzar el éxito. Nos recuerda que cada desafío es una oportunidad para aprender y crecer, y nos inspira a seguir adelante incluso cuando enfrentamos reveses, aportando nuestras experiencias, conocimiento y, sobre todo, sabiduría.

Para avivar esta llama de esperanza en nuestro interior, es importante rodearnos de personas positivas y mentores con experiencia que nos muestren los senderos de oportunidad que en algún momento ellos siguieron para alcanzar la cumbre de sus sueños.

Aquellos que creen en nosotros y en nuestras capacidades pueden ayudarnos a mantenernos enfocados en nuestros objetivos y a superar cualquier obstáculo que se presente en nuestro camino y en nuestras rutas de navegación por los mares de la vida.

Cuidar nuestra salud física, mental y espiritual se convierte en un aspecto fundamental y esencial para alcanzar un equilibrio y permitir que nuestros cuerpos entren en sintonía para mantener viva esta llama interior, y estar en armonía con el cosmos. La práctica deportiva y del mindfulness se constituyen en herramientas de gran valor agregado para ayudarnos en estos procesos, al igual que una alimentación basada en los principios de naturalidad, vitalidad, integralidad y complementariedad.

El poder que los seres humanos llevamos en nuestro interior es una fuerza inigualable que nos impulsa a alcanzar nuestras metas más ambiciosas. La llama de la esperanza aviva nuestra fe y nos guía hacia la constelación de los sueños para que nuestros anhelos vengan a la realidad. Mantén viva esta llama interior rodeándote de personas positivas, cuidando tu salud física y mental, y recordando siempre que estás en sintonía con el ARQUITECTO DE LA VIDA y que apoyado en ese poder universal que te une a ÉL, eres capaz de superar cualquier obstáculo y elevarte hasta el refugio donde anidan las águilas, cerca de DIOS.

Texto de RICARDO GIRALDO